EL COMPROMISO SOCIO-POLITICO DEL CRISTIANO
Cuando se mencionó este tema, que relacionaba lo político con el aspecto social, me pareció interesante que hablará del proyecto histórico-concreto como un espacio del juicio ético-social y que en ella se comprenda a la fe, ideología y los programas. Entre fe y práctica, el intermedio social de la sociedad, está unida al ideal y también a las posibilidades concretas que ésta pueda dar (ideología como proyecto histórico concreto).
Cuando se habla de ideología que nos dice cuales son las exigencias del bien común en términos generales y el pluralismo de ideología se justifica por la relatividad que lo determina una ideología, este relativismo se debe al limite metafísico del conocimiento humano que no ofrece soluciones como elemento de acción social tanto en el nivel micro, medio y macro donde éstas no se identifican. (las convicciones personales, los valores que éstas comparten y las reglas personales).
En lo referido a la caridad social, el cristiano debe dar testimonio del amor de Dios con un criterio de responsabilidad y ésta es la diferencia entre caridad y testimonio. Esta caridad social busca que el otro se conjugue asumiendo costos sociales y denunciando el aislamiento, el distanciamiento a la fraternidad. Que la caridad no se reduce a las relaciones interpersonales; reduciendo a la caridad a un marginal ejercicio compensatorio. Por tal razón se necesita una individualización de los objetivos y de la prioridad aquí y ahora (aspiración, signos de los tiempos), se necesita determinar unos modelos como traducción concreta de los fines, como instrumento operativo del proyecto histórico; el otro elemento, es los medios disponibles para realizar los objetivos. El juicio debe referirse no solo aquello que es moralmente justo sino también a aquello que es prácticamente posible.
Este compromiso debe buscar en la medida de lo dable EL BIEN POSIBLE, que está entre la mediación y el testimonio, pues un bien social esta siempre unido a la posibilidad y condiciones históricas, junto a la variable que es que la decisión de los otros que interfiere con la mía.
Es necesario construir una relación dialéctica positiva entre los valores no negociables y la negociación política. El bien posible excluye el minimalismo y el maximalismo, postula al testimonio de los valores a defender; es la lucha entre la resistencia y el rendimiento, con un realismo escatológico que requiere un orden totalmente nuevo y una posición cristiana no ambigua.
En términos cristianos hablar de PECADO SOCIAL Y EL SUFRIMIENTO HUMANO, implica que el sujeto del pecado social, está entre la finalidad y la fragilidad que son señaladas por el pecado personal y social. El pecado social es una acción mala de una persona que daña el bien común, una acción destructiva que se incluye a personas. Éste tiene diversos niveles: la injusticia, los símbolos culturales y religiosos que legitiman y refuerzan las instituciones (ideologías), el espíritu individualista, la conciencias distorsionadoras (hambre).
Es necesario una teología social bajo el signo de la cruz que este frente al supuesto y al cinismo irónico, frente a ellos, hay necesidad de solidaridad, es ver a la cruz como símbolo del don liberador trascendente, es una invitación a la esperanza, es un humanismo y una corriente de lucha contra las condiciones de sufrimiento, es afrontar el problema del sufrimiento, es mostrar a la cruz como el centro de la historia que revela los crueles sufrimientos infligidos, revela el misterio de una presencia que tiene compasión y es solidario con quien sufre, es signo de la amistad divina.
Todo este tema me lleva a que el punto de partida es la caridad, pero éste dentro de la sociedad, que se refleje en sus instituciones, que vean a éste como obra de Dios, no a las instituciones de pecado que se corrompen y olvidan su misión a la que fueron creadas. El expositor nos decía que no podemos deducir las acciones sociales actuales de la Biblia porque ésta la guía la Palabra de Dios, que es la inspiración para hacer relaciones en conjunto (trabajo, contratos).
En lo referido a los niveles que viven la fe, éstas se relacionan con las convicciones personales, cuando imaginamos un modelo de sociedad que se quiere construir, es ahí donde ubicamos a la fe y formulamos nuestras estrategias para realizar algo (elección y elegimos a alguien). Es importante señalar que no sale de la Biblia que partido político uno debe votar (ahí nos ayuda la fe), es buscar un proyecto un propósito histórico para una sociedad con visiones que están relacionadas a los grandes ideales, que se vinculan con aspectos concretos; como por ejemplo, el marxismo que buscaba la justicia, solidaridad, igualdad, pero dentro de un ambiente de conflictos, luchas de clases, mientras que, el liberalismo, con su ideal de libertad, iniciativas individuales; éstas son, las ideologías del pasado y hoy. Porque, sin ideologías no podemos comprometernos con la sociedad entonces es importante aclarar que la iglesia y la fe no son ideologías, pero tampoco no podemos prescindir de ellas (ideologías), para eso tenemos a la doctrina social de la iglesia, que no es una tercera ideología. Hay que comprometernos con un proyecto histórico, donde todos nos escuchamos, y queremos llevarlo adelante, con intereses comunes, esto es democracia.
En lo referido al sentido de la propiedad, es diferente la visión de los indígenas (como el caso de nuestros hermanos de Bagua –Selva) con el pensamiento de los occidentales, que ven a la propiedad como algo privado, entonces, hay que respetar a las diferentes visiones a las dos, por igual.
Haciendo un análisis a las ideologías, los comunistas hacen asistencia social, los liberales, políticas de trabajo diferentes, eso es el pluralismo de programas, esa diversidad de programas para realizar los mismos ideales, igual, entre los cristianos de partidos liberales o pro socialistas, esto es comprensible; es relativo en lo ideológico. El pluralismo existe en las ideologías y es más amplio cuando se acerca a los programas concretos, dentro de un partido, con diferentes ideas y programas. Un partido que actúa sin considerar la fe, encuentra en la gente un motivo, y dice, me doy cuenta que esto no es justo, pero lo hace desde la perspectiva de su fe.
Una sociedad justa no es fácil porque (los indígenas, las dos visiones del mundo, respecto a la propiedad y el trabajo), ven que ellos quieren aprovechar la riqueza, su mundo. Frente a ello, nuestra fe nos habla de “dominar la tierra” es decir aumentar la riqueza, para que haya un desarrollo humano.
Entonces, en lo referido a las acciones sociales, este trabajo compromete al sindicato, se une por medio del contrato (son sub sistemas); en aquel momento, los 3 niveles que menciono, no se identifican entre ellos, porque testimoniamos nuestra fe en modo diverso, cuando en una empresa llevamos ahí nuestras convicciones, por ejemplo, yo soy ecologista y el otro no lo es en la misma empresa, debemos tomar en cuenta los niveles porque yo soy ecologista pero, el medio donde se desarrolla la empresa, las organizaciones, los partidos, están dentro de un mercado competitivo, y la empresa necesita producir a bajos costos; entonces, la propuesta es, si soy ecologista, buscar que se purifique el agua, no emitir contaminantes, gases, aunque, estos aumenten los costos y pierdan competitividad que llevará a aumentar los precios, es decir, hay que testimoniar nuestras convicciones en estas organizaciones. En un nivel macro, si se organiza a querer ser ecologista, puede que el macro mercado no lo respete, porque las leyes ecologistas le hacen perder competitividad, entonces nosotros, debemos de procurar hacer un sistema jurídico que sea compartido con todos, eso lo vemos en la lucha de mercados de la China con Europa, los chinos no respetan la ecología, le importa lo barato, esto es injusticia. Por tal razón el cristiano debe de creer en un sistema de reglas validos para que no este en desventaja, convencer a las organizaciones a votar por esos políticos que respeten las leyes, por tal razón, la iglesia se compromete desde la educación (sensibiliza en valores, en el nivel socio-político), por eso la iglesia debe de estar atenta a las necesidades de los débiles (familia), por que una cosa es el amor de Dios y otra cosa distinta es el testimonio de esto. Construir nuestro testimonio que hace referencia a Dios, porque la justicia es la primera expresión de la caridad, vuelve a una sociedad, un lugar humanizador (es bello estar juntos, y hacer de la sociedad un don, nacemos y recibimos de ella), entonces el compromiso es una respuesta a este don, la caridad social es estar con otros hombres y que estos serán respetados, y libres lo hacemos; por ejemplo, mediante las asistencias medicas.
Es importante rescatar que la iglesia condena a las estructuras económicas que están en contra de la solidaridad y la caridad ante ellos es necesario encontrar acuerdos de fines y posibilidades, aunque es difícil en una sociedad fragmentada, es necesario buscar acuerdos entre diversos partidos, por un fin general.
Cuando se habla de un fin, sobresale como muestra a la asistencia medica para todos, pero hay modos, modelos diferentes para estos, ejemplo: ligar asistencia al pago (modelo liberal), en un modelo socialista la asistencia lo da el estado (todo gratuito) igualitario, el modo social democrático da numerosos servicios a los que no pueden pagar, entonces, un fin no se puede identificar con un solo modelo (hay muchos de estos), se trata de priorizar los fines en modelos realizables, traducir las exigencias de la gente y los medios para realizar los objetivos, es necesario ver que es importante la competencia técnica de los políticos, escoger los medios para los fines (para la colectividad). Hablando de mayoría, suscita lo referido al consenso, que es una operación de dialogo constante para crear un ambiente y dar valores propuestos, el consenso es un instrumento adecuado dentro de la democracia, es crear una mayoría con un gesto de fuerza, ejemplo: el domingo para descansar (estar en la iglesia, familia, amigos) para los católicos y los no católicos.
En lo referido al bien, es necesario no imaginar a un político cristiano que acepte la ley del aborto, eso no es coherente. No puede separar bien del mal en nuestras decisiones, y esto no es rendirse al mal, hay que aceptar la vida finita (limitaciones) de nuestra vida social, entonces, hay que encarnar nuestros ideales en la historia, con mediaciones que incluyan testimonios, valores, convicciones, y hacerlos de manera concreta, porque el cristiano busca la concordia y esa búsqueda del bien ayuda a modular la agresividad con el consenso, nuestras propuestas son limitadas por lo tanto es mejorable; trabajar con el convencimiento, no con la fuerza (estos es antipático) imponer un valor, así los otros la odien; finalmente, la verdad debe estar propuesta en la libertad.
muchas gracias