miércoles, 27 de junio de 2012

INTERCULTURALIDAD Y SOCIEDAD: LA LIBERTAD Y LA CULTURA (ANALISIS SOCIOLOGICO) - AUTOR: Lic. MANUEL CALLE REYES



Este es un enfoque referido  al derecho de las minorías, que los derechos de la minoría no sólo consiste en la libertad individual, sino como podemos fomentarla, no olvidando que su base es: la autonomía de un grupo nacional. Algunos grupos étnicos son iliberales, que procuran eliminar la libertad de sus miembros, entonces, al respecto es necesario ampliar las libertades individuales de las minorías. Hoy, el mundo moderno esta dividido en “culturas societales” (gama de actividades  humanas que comprende lo publico y lo privado).
Se pretende demostrar como la libertad depende de la presencia de una cultura societal, asimismo, que a los inmigrantes se le debería conceder los derechos y recursos necesarios para mantener una cultura societal especifica. Entonces el objetivo de este texto es demostrar que el valor de la libertad de elección tiene  determinados prerrequisitos culturales, por lo tanto estas cuestiones de pertenencia cultural deben incorporarse a los principios liberales.

1.            LA DEFINICIÓN DE LAS CULTURAS

·                     Es una designación para todo tipo de grupos, desde adolescentes hasta civilizaciones globales. La cultura societal, es la que proporciona a sus miembros unas formas de vida significativas a través de todo el abanico de actividades humanas, incluyendo la vida social, educativa, religiosa, recreativa y económica, basándose en una lengua compartida.
·                     Las culturas societales comprende valores compartidos, instituciones y practicas comunes, están ligadas al proceso de modernización, se solidarizan con el estado y éste les exige un sentimiento de identidad y pertenencia común, de manera que se sacrificaran unos de otros; por eso esta identidad requiere una lengua e historia común, para así asegurar la igualdad de oportunidades. Por ejemplo la política de inmigración en los EEUU tiene como objetivo integrar a los inmigrantes dentro de la cultura de habla inglesa, que aprendan su idioma, historia etc… ¿ éste argumento es legitimo?. la lengua materna de los inmigrantes se suele hablar en casa y se trasmite a los hijos, pero en la tercera generación el ingles ya se ha convertido en lengua materna y la original se pierde. Entonces toda lengua que no sea una lengua pública se convierte en algo marginal, sólo sobrevivirá una “pequeña elite”. A las tribus indias se les prohibió el uso de su lengua materna, sin embargo éstas mantuvieron sus costumbres.
·                     Se ha considerado esencial la estandarización de la educación publica, para así dar igualdad de oportunidades para las gentes de distintas clases, razas y segmentos.
·                     Nosotros podemos dirigir nuestras vidas desde dentro, por consiguiente los individuos deben tener los recursos y las libertades necesarias para guiar sus vidas según sus creencias sobre el valor, sin temor a la discriminación y el castigo. Esto es licito. Pues somos libres para cuestionar estas creencias, para examinarlas, entonces hay que darles esas condiciones para que éstos puedan adquirirlas a nivel de conciencia y vean si un punto de vista es bueno o no.
·                     En al Religión es totalmente concebible la libertad de actuar de acuerdo a tu fe, pero ésta te permite buscar nuevos adeptos (proselitismo) o cuestionar la doctrina de su iglesia o renunciar a su fe. En el Islam se tolera a otras religiones monoteístas (cristianos, judíos) pero el proselitismo, herejía y apostasía están prohibidos.Entonces la sociedad liberal no obliga a tal cuestionamiento y revisión, pero ofrece una verdadera posibilidad de hacerlos. Este punto es importante.

2.            LAS CULTURAS SOCIETALES COMO CONTEXTO DE ELECCIÓN

-               La libertad implica elegir entre diversas opciones y nuestra cultura no sólo proporciona estas opciones, sino que también hace que sean importantes para nosotros.
-               Debemos de proteger nuestra cultura societal, porque la supervivencia de una cultura no está garantizada, y cuando está amenazada por la degradación entonces debemos de protegerla.
-               Las culturas no tienen centros fijos o límites precisos.
-               Para que una libertad individual sea posible, no sólo necesitamos del acceso de la información sino de la capacidad de evaluarla en base de libertad de expresión y asociación. Se cuestiona lo siguiente: ¿la lección individual está vinculada a la pertenencia a la “propia” cultura? ¿Deberían concedérseles los derechos y los recursos necesarios para recrear sus propias culturas societales?

3.            EL VALOR DE LA PERTENENCIA CULTURAL

v  La capacidad de las personas de hacer elecciones significativas depende del acceso a una cultura societal pero ¿Por qué los miembros de una minoría nacional necesitan acceder a su “propia” cultura? ¿Por qué no dejar que las culturas minoritarias se desintegren con tal que aseguremos que sus miembros tendrán acceso a la cultura mayoritaria?. Por ejemplo los gobiernos podrían subvencionar a los miembros de las minorías nacionales el aprendizaje de la lengua y la historia de las mayorías.
v  Seria poco razonable afirmar que en ninguna caso las personas tiene capacidad de cambiar de cultura (los inmigrantes lo hacen bien, otros sufren tropiezos). Esto no es malo porque el individuo puede disfrutar de las oportunidades que ofrecen las diversas culturas societales, es decir las personas pueden trasladarse de una cultura a otra, pero esto es algo infrecuente y difícil. Entonces la elección de abandonar la propia cultura se puede considerar análoga a la elección de hacer votos de pobreza perpetua e ingresar a una orden religiosa, pues nos es imposible vivir en la pobreza. Abandonar el propio territorio es dar un paso muy grave: significa dejar atrás la sociedad y la cultura en la que hemos crecido. Los vínculos con la propia cultura son demasiados fuertes como para abandonarlos.
v  En medida que una cultura se hace más liberal, es menos probable que quienes pertenecen a ella compartan la misma concepción sustantiva de la vida y es más probable que compartan los valores básicos con las gentes de otras culturas liberales. Hoy con la modernización y liberalización, en Europa tienen menos cosas en común. Entonces a medida que las culturas se liberalizan, las personas comparten menos cosas con los demás miembros del grupo nacional.
v  ¿Por qué los vínculos de la lengua y de la cultura son tan fuertes para la mayoría de la gente? Porque es fundamental la pertenencia cultural, esto los lleva al bienestar de sí mismo, ésta le ofrece opciones significativas (la familiaridad), pues la identificación es más segura, y no depende de la realización de la persona, pero es importante para su bienestar. Si una cultura no goza de respeto general, entonces la dignidad y el respeto a sí mismo de sus miembros también estarán amenazados.
v  La identidad nacional nos permite trascender a nuestra mortalidad, lo prolonga hacia un futuro indefinido. Por lo tanto una identidad nacional común no puede servir de base para una política “comunitarista”.
v  ¿Cuál es la sociedad adecuada? La mayoría dirá que es su nación, porque las personan tienen tan fuerte vinculación con su propia lengua y cultura que se preguntarán ¿Por qué no permitir que los inmigrantes desarrollen sus propias culturas societales? ¿Cómo responder los liberal a lo iliberal?. En algunas culturas, se limitan el rol de la obligación y les impiden que los cuestione, se le concede autonomía a un grupo y a las mujeres no, entonces éstas no promueven los valores liberales.
v  No olvidar que las personas tienen profundos vínculos con su cultura. Entonces es necesario que la cultura dominante sea hospitalaria con los inmigrantes, con al expresión de su identidad, pues la integración es un proceso bidireccional, exige que los mayoritarios se adapten a los inmigrantes, de la misma manera que los inmigrantes a ellos. El programa estadounidense (ESL-> ingles como una segunda lengua) exige que el inmigrante pierda su lengua materna,  en procurar que éste sea bilingüe, esto está equivocado, priva a la sociedad de un proceso globalizador.
v  ¿No seria mejor para los miembro de una minoría nacional integrarse en la sociedad mayoritaria en lugar de luchar en vano por lo que está perdido?. Esto es legitimo, porque algunos indígenas lo han hecho, porque se les trataba con derechos en desventaja, sin embargo esa decisión no le corresponde al estado decidir. No hay razón para pensar que los grupo indígenas, no puedan convertirse en culturas vibrantes y diversas y que incorporen los mejor de los mundos modernos. Además no creo que exista una formula mágica que incluya a todos, porque algunas injusticias históricas ya son intratables y escapan a cualquier solución teórica.

4.            INDIVIDUALIZAR CULTURAS
CHOSICA - PERU (FRATERNIDAD AXIS MUNDI)
CALLAO - PERU CONFERENCIA OBISPADO

MILANO - ITALIA (CARNAVALES)

*       Abordar la individualización o singularización de las culturas no tiene sentido, es muy difícil estar aislado e impermeable a las influencias externas, pues en ésta hay un gran numero de intercambios, no se puede decir donde empieza una cultura y dónde termina la otra. Es bueno que las culturas aprendan unas de otras. Algunos grupos indígenas quieren preservar la “pureza” “autenticidad” de su cultura pero eso es aislarse, corresponde a cada cultura decidir cuando y como adoptaran los avances del mundo en general, aunque estos pueblos no querían modernizarse.

5.            CONCLUSIÓN

  • Los liberales deberían reconocer la importancia de la pertenencia de las personas a su propia cultura societal.
  • La pertenencia cultural nos proporciona un contexto de elección y nos asegura un sentimiento de identidad y pertenencia, sentimiento al que podamos recurrir para afrontar cuestiones acerca de los valores y los proyectos personales.

LA OPINIÓN DE UN CIENTÍFICO - La naturaleza, criatura de Dios: buena, pero imperfecta


                     fIrenze - italia

La opinión de un científico-
Marco Bersanelli, astrofísico e investigador

Incluso en el alba del tercer milenio la naturaleza desencadena sobre nosotros su furia y arrebata a sus víctimas. Y no solo en los grandes desastres como el terrible tsunami del 26 de diciembre de 2004: estamos acostumbrados a oír hablar de inundaciones, enfermedades, terremotos, incendios. Basta con pensar que solo a causa de los rayos mueren al año más de mil personas. Pero los elementos naturales que causan muerte (el fuego, el agua, el movimiento de la corteza terrestre) son los mismos a los que debemos la vida. Los terremotos en particular están profundamente asociados a la posibilidad de nuestra existencia. La actividad sísmica es la manifestación directa de los movimientos lentos y poderosos de las placas de la corteza terrestre que discurren sobre los estratos que están debajo del manto. Ningún otro planeta del sistema solar tiene una estructura geológica como esta, y este es uno de los motivos de la capacidad extraordinaria de la Tierra para mantener estable su temperatura media en los miles de millones de años necesarios para la evolución biológica. De forma paradójica, y si dispusiésemos de instrumentos lo suficientemente sensibles, un indicio para la búsqueda de planetas extrasolares capaces de hospedar vida podría ser el de revelar actividades sísmicas en su superficie.
El evento sísmico que ha azotado el sudeste asiático fue enorme: magnitud 9.0, el cuarto en orden de intensidad en este siglo. En menos de cuatro minutos una vasta área del fondo oceánico se ha elevado una decena de metros liberando una energía de un millardo de millardos de Julios, el equivalente a 23.000 bombas atómicas. Pero incluso estos números de vértigo son una minucia con respecto a las energías que están normalmente en acción a nivel planetario, de forma que la Tierra en su conjunto no se ha resentido por ello. Se ha hablado mucho de los cambios permanentes como consecuencia del tsunami indochino, pero el desplazamiento del eje terrestre (tres diezmillonésimas de grado) y la ralentización de la duración del día (dos millonésimas de segundo) están por debajo de las fluctuaciones normales, insignificantes a nivel global, incluso demasiado pequeñas para ser medidas.
Un encrespamiento del océano, un soplo imperceptible sobre la piel de nuestro planeta es suficiente para desbaratar nuestra supervivencia. Fenómenos como éste muestran la fragilidad y la delicadeza de ese mundo que damos por descontado todos los días. La normalidad en el universo no es un mar tranquilo en el que pulula la vida. Por el contrario, es un desierto ilimitado de espacios inmóviles o bien una liberación de fuerzas irresistibles. La explosión de una supernova cercana podría llevar a una extinción total en un instante, pero son precisamente estas explosiones estelares las que en un pasado lejano hicieron que se produjeran el carbono, el oxígeno y otros elementos esenciales para nosotros y para cualquier organismo. La vida terrestre subsiste en un nicho delicadísimo modelado de forma prodigiosa aprovechando los productos de toda la historia cósmica.
La naturaleza por tanto no es cruel, sino providencial, pero al mismo tiempo es imperfecta, peligrosa, sabe ser violenta. Quizá esto marca un problema para esas concepciones filosóficas o religiosas que más o menos explícitamente identifican a la naturaleza con la divinidad, generando algunas posiciones ideológicas actualmente en boga. En la tradición judeo-cristiana, en cambio, la naturaleza no es Dios: la naturaleza es creación de Dios, “algo bueno”, pero que está marcada misteriosamente por el mal, sujeta a la “corrupción” y a la imperfección de lo inacabado. La naturaleza es el espejo de la condición del hombre, es decir, de cada uno de nosotros: bien intencionados pero imperfectos, frágiles, un poco malos y a veces capaces de acciones terribles. Ningún hombre razonable espera la salvación de las fuerzas de la creación o de las capacidades humanas. Ante el desencadenarse de la naturaleza y ante la miseria de nuestro límite, la pregunta profunda tiene que ver con el sentido de la existencia, una pregunta a la que solo una Presencia más poderosa que la tempestad y mejor que nosotros puede responder. Y compartir este sentido de la vida es lo que nos mueve a sostener a los supervivientes, y nos hace cercano el dolor de cada madre desesperada y de cada niño que se ha quedado solo en esas playas devastadas.