sábado, 26 de enero de 2013

ANÁLISIS DEL DISCURSO DE BENEDICTO XVI - FE Y RAZON - Lic. MANUEL CALLE


No puedo presentar con claridad este precioso y valioso discurso, sin antes dividirlo por partes, para un mejor análisis y comprensión. Lo dividiré en 2 partes y finalizaré con una conclusión y reflexión al respecto.
1.      El diálogo entre el Emperador bizantino Manuel II Paleólogo y el persa culto de Ankara sobre cristianismo e islamismo, sobre la verdad de ambas religiones; concluye que no actuar según la razón, es CONTRARIO a la naturaleza de Dios; y que el Dios musulmán está más allá de toda  RAZONABILIDAD, y que hay que obedecerlo así sea irracional lo que nos pida.
El Papa nos esgrime que Dios es Logos, pensamiento, razón, -el Logos es una explicación de la totalidad de la realidad, fuerza que ordena el universo y que existe desde el principio-;  es decir, Dios se revela en el tiempo en que su verdad puede ser aprehendida por un pensamiento basado en el  PODER DE LA RAZÓN, NO de los MITOS.
2.      Los ataques que ha sufrido la fe en los últimos siglos (deshelenización de la doctrina cristiana), este lo distingue en 3 etapas bien marcadas:
a.      Lutero y su tesis de “sola Scriptura” donde ataca a los teólogos escolásticos y la filosofía que la sostiene, es decir al platonismo y aristotelismo.
b.      Sobre Harnack y el protestantismo liberal (XIX) que busca al Jesús histórico separado del Cristo de la fe, incluyendo sus dogmas que la Iglesia ha declarado, dice, que esta, está llena de terminologías y tesis filosóficas griegas.
c.       Sobre la “inculturación de la fe” en sociedades no grecorromanas. El Papa recoge sus aportes, pero recalca el peligro de la DISOCIACIÓN “Dios-Logos”, en estas.
Sobre Kant, donde dice que la religión como moral queda constreñida a lo subjetivo, en consecuencia, no es verdadero.
Es importante aclarar lo que nos quiere decir el Papa, que el razonar científico no es nocivo en sí, lo será si margina lo metafísico, en otros términos, se busca abrir la inteligencia a lo universal.
Cuando analizaba este importante discurso, recordaba como en el itinerario de la historia del pensamiento del hombre, esta ha estado divorciada de la fe en muchos casos, sino, menciono a los filósofos que he seleccionado para argumentar que cuando la razón está solitaria en el partido, la comprensión del hombre sobre lo que es él, su naturaleza, la trascendencia y el todo; se torna parcializado, desordenado,  ambiguo y hasta oscuro.
Como su Santidad ha comenzado a hablar de autores a partir de la edad moderna, realizaré un recorrido de los filósofos que patentemente han contribuido al divorcio de fe-razón, que el Papa ha querido referir: es verdad, que Descartes, Kant y hasta la absolutización en Hegel; el racionalismo ha cerrado en su “sistema filosófico” al pensamiento, como una barrera, donde se constreñí solo a ella como la única para decirnos que es verdadero. Shopenhauer nos habla que la naturaleza es “voluntad ciega”, cerrando toda posibilidad de razón, al otro extremo Kierkegaard donde concluye que la razón no ayuda a “nada” para encontrar el sentido del existir. Comté nos llega a decir que la única religión es la ciencia; Marx, nos plantea a un Dios y una religión, como elementos “alienantes” del hombre. Y en el recorrido histórico-filosófico; un Freud que le da más importancia al subconsciente (materialista) que a la razón misma, donde la libido es la “única que puede devolver al hombre su sentido”; luego Sartre nos  muestra a un “ser” desfigurado por lo abominable que nos lleva a la “nausea”, a la angustia.
Y el más reduccionista de todos los que he nombrado, Popper que llega a la conclusión, que la ciencia es hipótesis, que no tiene sentido hablar de verdades,  que la metafísica y los mitos, son simplemente, nada.
Llegue a este itinerario filosófico, alarmado de como el hombre y su solo “razón” o “irracionalidad” ha llegado a conclusiones utópicas, sesgadas, que nos lleva a lo intrascendente del ser, donde ya no conjuga fe y razón, sin siquiera se menciona estas, solo se les “anula”, y la intención como dice el Papa no es “retroceder… sino ampliar nuestro concepto de razón y de su uso”, para que fe y razón puedan rencontrarse de un modo nuevo, pero por lo visto anteriormente, esta exclusión sorda se torna incapaz al dialogo que nos pide el Sumo Pontífice.
Después de todo ello,  me planteo las siguientes reflexiones:
La fe plantea interrogantes, la razón se ve forzada a pensar con profundidad esa búsqueda, por lo tanto, puedo decir que la razón “inquieta” a los misterios de la fe, es decir, busca una explicación humana, que podamos entender.
La dicotomía entre fe y razón, es un menosprecio al pensar, por lo tanto, es una aversión al hombre, porque en sí somos amantes de la verdad, además, la razón humana está hecha también para la metafísica, anular esta dimensión, es cercenar al hombre también.
La auténtica razón busca siempre la verdad última; y la verdad EXIGE “obediencia” a alguien, a la ley o a la fe.
Por último, hoy no hay una búsqueda profunda de una referencia universal, ni puntos comunes que construir; entonces es necesario actuar según la razón, ya que esta no es contraria a la NATURALEZA de Dios; de lo contrario, avistaremos la destrucción de las culturas (esto implica, religiones), si es que no ampliamos o ensanchamos la razón como tarea universal.
Gracias.



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