Creo que a Cano le corresponde
recoger la herencia teológica de dos grandes: Francisco de Vitoria y Domingo de
Soto; así este contribuyó a renovar la teología, teorizando el método y el
estilo; porque teniendo a dos cuasi “inventores” de la nueva teología como
maestros, Cano se da cuenta que estos no “la justifican teóricamente” frente a
otros modelos teológicos, entonces, este busca renovar fundamentado
científicamente su método de argumentación con la teoría de los “Loci
Teologici”.
Así la estructuración formal
de la teología será una necesidad irremediable, porque él se propone construir
un nuevo método teológico, y lo interesante es que lo hace señalando los
defectos del procedimiento escolástico, y lo hace accediendo directamente a las
fuentes originales de Aquino; ya que la cuestión es si la teología es una
disciplina “especulativa” o una “práctica-acción”, o ambas cosas a la vez, y
esto es complejo porque para Escoto la teología es práctica, mientras que Cano
concluye que la teología es especulativa y práctica pero ordenada al conocimiento,
porque para Cano la estructuración científica de a teología es tal, ya que toma
por hecho que la teología es ciencia, porque trata de un conocimiento cierto e
inmutable, por eso, él parte de Aquino no de la explicación teológica
especulativa de Pedro Lombardo que seguía de algún modo su maestro Vitoria, así
esto ayuda a explicar la teología desde una visión científica en ambientes
universitarios, porque, a partir de estos principios que le da la ciencia a la
teología, esta podrá alcanzar un conocimiento cierto y seguro con unas conclusiones
que tendrá el rango de conocimiento, pasando así de la especulación a un conocimiento
basado en un método teológico-científico que va a extraer básicamente de la concepción
tomista clásica pero equilibrando el elemento racional (especulativo) con el
elemento positivo (fuente bíblica, patrística e históricas).
Así Melchor Cano afirma que
la base de la teología son verdades sobrenaturales transmitidas por la Revelación
y captadas por la fe, las cuales son elaboradas por el conocimiento natural
para formar un cierto sistema científico y es ahí donde Cano quiere satisfacer
una necesidad para darle formalidad a la teología: fe (autoritas) y razón
(ratio) y estos dos serán las dos fuentes principales del conocimiento
teológico.
Capacitando a docentes a nivel nacional
Melchor va a intentar
construir su renovación metodológica (fe-razón), que no tiene el mismo peso ni
la misma importancia sino la preeminencia de la “autoridad” (fe) frente a la
“razón”, eso es la novedad de él a diferencia de las otras ciencias fuera de la
teología en su procedimiento, así reivindica la “autoridad”, evitando los
“defectos del racionamiento biblista” de su época, haciendo prevalecer que la
fe y la razón tienen una relación mutua.
Concluyo diciendo que Melchor
Cano critica aquella postura que pretende hacer teología solo a base de las escrituras
excluyendo lo racional (sentencias de Pedro Lombardo). Él establece de un modo sistemático
y bien fundamentado el método propio de la teología, así está convencido
nuestro autor de la necesidad de teorizar explícitamente el método en sí,
mostrando así su agudeza dando una sistematización de los “loci” surgiendo así
un gran sistematizador científico de los “loci theologici” siguiendo la
orientación teológica de fondo de Aquino y Vitoria.