¿QUÉ ES LA ÉTICA DEL CUIDADO?
Por. Mg. Manuel Calle Reyes
La ética del cuidado se sustenta
en el análisis de las situaciones afectivas y las relaciones interpersonales,
todo esto fundado en un sistema de
valores basado en la virtud y no en principios legalistas o impuestos.
No tiene por objetivo la ética del cuidado
cuidar desde un aspecto general sino desde una perspectiva individual,
es decir, cuidado-persona cuidada. Esta esta se ciñe a las circunstancias
concretas del caso que busca una vinculación con la persona, para tal propósito,
es necesario conocer el contexto concreto para saber a detalle cómo se siente
la persona afectada y ofrecer respuestas condirigidas al bienestar.
La ética del cuidado tiene
relación con el compromiso moral y la actitud que asume este frente a un
problema que implica individuos, entonces es una tarea “profesional” una
actividad que se hace un estilo de vida con el tiempo. Esta ética está centrada
exclusivamente en la persona (un antropocentrismo contextual) y en la importancia
que tiene la relación que nos ciñe de un vínculo afectivo que va “más allá”.
Podemos decir que, la ética del cuidado es un “antídoto” para la violencia,
porque es difícil destruir lo que uno mismo ha cuidado, es asumir
responsablemente con justicia los hechos y las relaciones interpersonales.
La ética del cuidado es una
propuesta coherente a posibles soluciones frente a problemas prácticos en la
vida cotidiana, es decir, nos ayuda a prevenir el riesgo de la autodestrucción
de la especie humana para aprovechar la “oportunidad” de crear un nexo con el
“otro” que es mi igual. Esta ética nos conduce a un “modo de razonamiento moral
diferente al de la ética de la justicia” (Gilligan -1982-), es la preocupación
por los otros en el cuidado de los sentimientos porque la relación con el otro
“no basta con saber que se debe hacer, sino este implica una acción racional
que tiene una motivación emocional” (Noddigs -1984-).
El núcleo de esta ética es el
“poder de los sentimientos”, porque cuidar significa expresar un genuino
interés por el bienestar de las otras personas y esto requiere un
comportamiento proactivo, es decir, construir una comunicación abierta y
bidireccional ya que se basa en el conocimiento mutuo, esta relación es siempre
recíproca, responde a una necesidad de sentirse seguro.
Este concepto se basa en la
conciencia del propio cuidado personal, en el reconocimiento de las responsabilidades hacia los demás, en
una “ocupación” hacia el otro, en actuar cuando se debe, en comprender que el
mundo es una “red de relaciones” que busca capitalizar los principios de
solidaridad y tolerancia global ya que el conocimiento de uno mismo ya en sí es
un bien. También podemos decir, que la ética de cuidado tiene como ejes, según
mi comprensión, valorar y reconocer la
fragilidad de la condición humana, es toda una filosofía de Reconocimiento
entre iguales (volverse a mirar el lado humano y tomar una decisión frente a
ello), que se fundamenta en la ética de lo “humano” para que se convierta en
una actitud del día a día porque el
cuidado es un modo esencial de relacionarse humanamente (en el ámbito familiar,
social, académico, laboral, ciudadano y político). Uno de mis maestros
filósofos Ortega y Gasset decía: “yo soy
yo y mis circunstancias”, esto me lleva a colegir que no hay un yo sin otros,
que el yo se relaciona con las palabras hacia ese otro yo, que soy yo en relación a mi entorno, que soy
yo frente a la trascendencia; porque creo que la relación con el otro es vernos desde la “trans –ascendencia”
es una trasformación, un más allá o un movimiento que nos lleva a ascender como
persona, nos conduce a un proceso evolutivo de lo que es “lo humano”. Sostengo
finalmente como filosofo personalista que la ética del cuidado está basado en
la Filosofía del Reconocimiento y la Filosofía de la Reciprocidad, es un
instrumento eficaz que “aterriza” las ideas filosóficas de este pensamiento en
una praxis concreta: la realidad relacionante que tiene el “yo” frente a otro
“yo”.
Muchas gracias.
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