HASTA QUE TE CONOCÍ
Saber, que no me amarías, me hacia sentir despojado
Que no me cubrirías con tus besos, y que estaba desabrigado,
En el equivoco evasivo de mis vicisitudes
Tuve la posteridad de conocer a las virtudes.
Con el piropo requiebro de tu sonrisa
Y la mirada sigilosa, pero precisa
Con esa afinidad atractiva
Tú eres la inspiración de mi rima interactiva
Al ver la silueta de tu vetustez
Al lado de un mentecato, lleno de sandez;
Te conocí y eres la románica de mi aspiración
La quimera delicia de mi pretensión
Porque me gusta la lisonja de tus palabras
Y el donaire pubescente de tu exquisitez;
Pensabas equivocarte, pero conocisteis el galanteo de mi esplendidez
Con la carantoña portentosa de mis labios
Te hizo desistir de tus magullados cambios
Mujer te quiero en la yacija de mis sueños
Ahora tu silueta excelsa tiene dueño
Soy como un zopenco en tu fortuna
Soy el Neolatino de nuestra luminosa ventura
En nuestro amor encontraremos suspicacias y quietud
Pero mi apetito vehemente lo cubrirá de virtud,
Tu haz vuelto para encender mi pasión
Y conceder a ti mi bendita inclinación
Doncella hagamos que todo no sea una ilusión
Y la necedad del azar lo convierta en ficción
No quiero ser el desvarío de tu caminar
Sino el sublime donaire de tu amar;
No escribo pasión absurda que se consume en la seducción
Sucede que fundo letras a la belleza y a la persuasión.
Saber, que no me amarías, me hacia sentir despojado
Que no me cubrirías con tus besos, y que estaba desabrigado,
En el equivoco evasivo de mis vicisitudes
Tuve la posteridad de conocer a las virtudes.
Con el piropo requiebro de tu sonrisa
Y la mirada sigilosa, pero precisa
Con esa afinidad atractiva
Tú eres la inspiración de mi rima interactiva
Al ver la silueta de tu vetustez
Al lado de un mentecato, lleno de sandez;
Te conocí y eres la románica de mi aspiración
La quimera delicia de mi pretensión
Porque me gusta la lisonja de tus palabras
Y el donaire pubescente de tu exquisitez;
Pensabas equivocarte, pero conocisteis el galanteo de mi esplendidez
Con la carantoña portentosa de mis labios
Te hizo desistir de tus magullados cambios
Mujer te quiero en la yacija de mis sueños
Ahora tu silueta excelsa tiene dueño
Soy como un zopenco en tu fortuna
Soy el Neolatino de nuestra luminosa ventura
En nuestro amor encontraremos suspicacias y quietud
Pero mi apetito vehemente lo cubrirá de virtud,
Tu haz vuelto para encender mi pasión
Y conceder a ti mi bendita inclinación
Doncella hagamos que todo no sea una ilusión
Y la necedad del azar lo convierta en ficción
No quiero ser el desvarío de tu caminar
Sino el sublime donaire de tu amar;
No escribo pasión absurda que se consume en la seducción
Sucede que fundo letras a la belleza y a la persuasión.
Ahora no termino mis versos con ambigüedad,
lo rezago con un ósculo lleno de majestuosidad.
Macaré
lo rezago con un ósculo lleno de majestuosidad.
Macaré
1 comentario:
MANUEL QUE BELLO POEMA, QUE AL LEERLO TE HACE SENTIR
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