GEOPOLITICA NORTEAMERICANA
Lic Manuel Calle Reyes
La guerra en Irak ha reconfigurado de muchas maneras el panorama
geopolítico global, algunas no serán aparentes por muchos años, quizás por
décadas. La guerra ciertamente ha alterado las relaciones de EEUU con Europa y
el Medio Oriente. Pero su impacto va más allá. Más que nada, la guerra revela
que el nuevo eje central de la competencia mundial es el área sur central de
Eurasia.
EEUU tenía que controlar el Medio Oriente y su petróleo. Esa fue la
base de la Doctrina
Truman , de la Doctrina Eisenhower y de la Doctrina Carter.
Los EEUU tenía que controlar partes de África, por su riqueza minera en
cobre, cobalto y platino. Es por eso que EEUU respaldó al régimen apartheid en
Sud Africa. Y la
razón para las guerras de Corea y de Vietnam fue
entendida en los altos niveles en términos del interés de EEUU por el control
de la cuenca del Pacífico.
La política mundial es esencialmente una
lucha por quién controla el corazón de EURASIA.
Los estrategos de mediados del siglo XX vieron dos maneras a través
de las cuales podía alcanzarse el dominio global. Una era a través de la
emergencia de un poder continental (o de una combinación de poderes
continentales) que dominaran Eurasia, y con ella, al resto del mundo. Fue precisamente este temor -que
una Europa continental controlada por Alemania y Rusia, junto con el Japón-que
dominara China y el Sur Este de Asia, emergiera como una gran potencia
continental y dominara el “heartland” de Eurasia, reduciendo entonces a EEUU a una situación marginal-lo
que galvanizó a los líderes americanos en los comienzos de la Segunda Guerra.
Franklin D. Roosevelt estaba hondamente empapado en esta forma de análisis, y
es este punto de vista estratégico-ideológico el que gatilló la intervención de
EEUU en la Segunda
Guerra Mundial.
La
otra estrategia de dominio global que perciben los
estrategos geopolíticos de principios del siglo XX era el control del “rimland”
(las cuencas, los bordes) de Eurasia -esto es, Europa Occidental, la Cuenca del Pacífico y el
Medio Oriente-y con esto, contener cualquier emergencia de una potencia en la
zona decisiva (la heartland). Después de la Segunda Guerra , los
EEU determinó que de facto mantendría presencia militar permanente en todos los
bordes de Eurasia. Esto es lo que se llamó “estrategia de contención”. Y fue este punto de vista el que llevó a la formación de la OTAN , del Plan Marshall, la ASEAN , el CENTO y las
alianzas militares con Japón y Taiwán.
Las bases de EEUU en Europa se han estado cerrando, mientras se
establecen nuevas bases militares en el área del Golfo Pérsico y en Asia
Central.
Es
importante anotar que este es un proceso que comenzó
antes del 11/9. El 11 de Septiembre dio un empujón a este proceso y produjo un
mandato popular, pero esto fue enteramente casual, desde el punto de vista de
los estrategos norteamericanos. Fue el Presidente Clinton quien inició el establecimiento de lazos militares con Kazajstán,
Uzbekistán, Georgia y Azerbaiyán, y quien construyó la capacidad de EEUU para
intervenir en el Golfo Pérsico y el área del Mar Caspio. La victoria militar en
Irak no fue la victoria de Wolfowitz y Rumsfeld, fue Clinton quien hizo esta
victoria posible.
Pero,¿por
qué específicamente ahora el área de Golfo Pérsico/Mar
Caspio? En parte, esto es así porque aquí están localizadas las mayores
reservas de petróleo-aproximadamente el 70 % de las reservas conocidas.
Y usted tiene que pensar en el petróleo no justamente como fuente de energía
-aunque esto es importante-sino como fuente de poder. Como lo ven los
estrategos de EEUU, quien quiera que controle el
petróleo del Golfo Pérsico, controla la economía del mundo y, con ello, tiene
la última palabra frente a todos los poderes competidores.
Esta región es también la única área del mundo en donde chocan los
intereses de todos las grandes potencias putativas. En el área del Mar Caspio,
fuertemente disputada, Rusia es una potencia en
expansión, China es una potencia expansiva, y los EEUU, igual.
La viabilidad
estratégica del Estado-Nación
Luego de la caída del
simbólico "muro de Berlín", el poder internacional comenzó a
redistribuirse en un sentido restrictivo. Estados Unidos es la única potencia
que ha consolidado su poder. Estratégica y militarmente ha definido su "papel
hegemónico global". En el campo económico y tecnológico aun existe un
cierto equilibrio
entre centros de poder que se destacan en Europa, Japón, y que a través de empresas
transnacionales procuran establecer una relación de interdependencia con
Estados Unidos, sin descontar la importancia de China.
Los objetivos geopolíticos
hegemónicos globales de Estados Unidos
La posición hegemónica
global de Estados Unidos, que comienza a gestarse a partir de la segunda mitad
del siglo XX, es algo novedoso en el sistema
internacional. A lo largo de la historia mundial,
ningún sistema ejerció una hegemonía global. Las hegemonías regionales ,
también, han sido escasas. Se comenzó a hablar de ella en el siglo XVIII.
"La hegemonía británica, que fue muy intensa en lo económico, en lo
cultural y, en ciertos aspectos, también en lo militar (Gran Bretaña dispuso de
una flota mayor que todas las demás flotas del mundo juntas), nunca fue tan
fuerte como para incitar a Gran Bretaña a organizar el mundo. Los ingleses
hicieron lo posible para regularlo de acuerdo con sus intereses, pero no para
dominarlo".
Tampoco existió hegemonía
española en el siglo XVI, ni francesa en el siglo XVII aunque Luis XIV -el Rey
Sol- se acercó a ella. Napoleón
y Hitler,
como conductores de un Estado lograron por poco tiempo
dominar tan sólo gran parte de un continente, pero nunca la política mundial.
Eurasia es "el tablero en el que la lucha
por la primacía global sigue jugándose y esa lucha involucra a la
geoestrategia: la gestión
estratégica de los intereses geopolíticos". Considera que a partir de la Primera
Guerra Mundial -que fue una guerra europea, no una guerra
global- "Europa iría dejando progresivamente de ser un sujeto para
convertirse en un objeto de la política global"."La era europea en
la política mundial llegó a su fin en el transcurso de la
Segunda Guerra Mundial".
La dimensión geopolítica no podía haber
quedado más clara: América
del Norte versus Eurasia disputándose el mundo. El ganador dominaría
verdaderamente el globo.
la principal meta
geoestratégica de los Estados Unidos en Europa se puede resumir en pocas
palabras: consiste en consolidar, a través de una asociación trasatlántica más
genuina, la cabeza de puente estadounidense en el continente euroasiático para
que una Europa en expansión pueda convertirse en un trampolín más viable para
proyectar hacia Eurasia el orden internacional democrático y cooperativo".
El alcance y la
penetración del poder global estadounidense en al actualidad son únicos.
Controla todos los océanos y los mares principales del mundo. Tiene la
supremacía en los cuatro ámbitos decisivos del poder global:
-
En el militar con un alcance global inalcanzable
-
En el económico: a pesar de las sombras actuales de recesión,
continúa siendo el principal mercado
productor y consumidor
-
Mantiene –aunque con relativo margen- una posición de liderazgo
tecnológico en los sectores de punta
-
En el cultural, ejerce una fuerte influencia en el amplio campo de
la juventud
mundial, procurando establecer un determinado modelo
socio-político global.
La estrategia geopolítica de EEUU en América Latina se basa en el
control del petróleo, el agua y la biodiversidad
El agua se
presenta como el mayor conflicto geopolítico del SXXI. Se espera que para el
año 2025, la demanda de este elemento vital para la vida se incrementará en un
56%, por lo que los poseedores de agua se convierten en blancos de atención
La era del exceso energético o la vida
después de la era del PETRÓLEO
v
Sólo hay una cosa, desafortunadamente, segura: la era del exceso
energético acarreará intensas batallas geopolíticas por el control de las
fuentes remanentes entre los mayores productores y consumidores de energía,
como los Estados Unidos, China, la Unión Europea , Rusia, India y Japón. Rusia y
Noruega, por ejemplo, ya tienen abierto un contencioso fronterizo en el mar de
Barents, una promisoria fuente de gas natural en el extremo norte. China y
Japón, por su parte, han tenido desencuentros similares en torno al Mar de China
Oriental, un área que alberga otro gran yacimiento gasífero. Todos los países
del Ártico –Canadá, Dinamarca, Noruega, Rusia y los Estados Unidos- han
reclamado sus derechos sobre porciones muchas veces coincidentes del Océano
Ártico, lo que ha generado inéditas disputas fronterizas en estas zonas ricas
en energía.
v
El
peligro fue puesto en evidencia por un tercer informe, digno de atención, una
evaluación anual de amenazas, <http://intelligence.senate.gov/090212/blair.pdf>
que entregó el director de la Inteligencia Nacional ,
el almirante Dennis C. Blair, al comité selecto del Senado relativo a
inteligencia, el 12 de febrero pasado. Aunque mucho del informe de Blair se
centra en asuntos conocidos, como las aspiraciones
nucleares de Irán y la guerra en Afganistán, le dedica considerable atención a
la perspectiva de que surjan disturbios sociales y políticos debido al actual
colapso económico. "La principal preocupación a corto plazo de Estados
Unidos en cuanto a la seguridad, es la crisis económica global y sus
implicaciones geopolíticas", se apunta en el informe. Al rastrear esta
preocupación, “el tiempo es quizá nuestra mayor amenaza… y los modelos
estadísticos muestran que las crisis económicas incrementan el riesgo de una
inestabilidad amenazante a los regímenes si perduran más allá de uno o dos
años”.
v
Biocombustibles: "Si la demanda de cultivos ligados a los
biocombustibles se vuelve mucho más intensa o fallan los resultados de la productividad,
la futura provisión de alimentos puede resultar mucho más cara que en el
pasado".
v
Comité
Escogido del Senado sobre Inteligencia el 12 de febrero, el almirante Dennis C. Blair, nuevo Director de Inteligencia
Nacional, declaró que "La preocupación primordial de seguridad de los
Estados Unidos en el inmediato futuro es la crisis económica global y sus
implicaciones geopolíticas, Los modelos estadísticos muestran que las crisis
económicas incrementan el riesgo de una inestabilidad que amenace al régimen,
si perduran durante un periodo de uno a dos años", lo que es seguro que
sucederá en la actual situación.
v
Precios bajos como los actuales son malos para los productores, y
dañarán por tanto a una serie de países que el gobierno norteamericano considera
hostiles, entre los que se cuentan Venezuela, Irán, y hasta ese gigante del
petróleo y el gas natural que es Rusia. Todos los cuales han utilizado en años
recientes sus ingresos petrolíferos en aumento para financiar esfuerzos
políticos consideradas perjudiciales para los intereses norteamericano. No
obstante, los precios menguantes también podrían sacudir los cimientos mismos
de aliados petrolíferos como México, Nigeria y Arabia Saudí, que podrían
experimentar perturbaciones internas conforme decrezcan los ingresos por el
petróleo, y por tanto los gastos del estado.
v
la mayoría de las reservas de “petróleo fácil” ya se han agotado,
lo que significa que prácticamente todas las reservas globales que quedan
pertenecen a la variedad de “petróleo difícil”. Éstas
requieren una tecnología de extracción excesivamente costosa como para ser
rentable en un momento en el que el precio por barril sigue estando por debajo
de los 50 dólares. Entre las principales se cuentan la explotación de arenas
bituminosas en Canadá y las plataformas marinas en aguas profundas del Golfo de
México, el Golfo de Guinea y la costa brasileña.
El
precio del petróleo desbarata la condición de superpotencia de EE.UU.
Sin petróleo barato y abundante, EE.UU. jamás habría vivido la
histórica expansión económica de la era después de la Segunda Guerra
Mundial.
El Asunto RUSIA
·
Otrora como el perdedor humillado, debilitado, de la rivalidad
EE.UU.-URSS, Rusia es de nuevo una fuerza a considerar en los asuntos
mundiales. Posee la economía de más rápido crecimiento en el grupo G-8 de
importantes potencias industriales, es el segundo productor de petróleo del
mundo (después de Arabia Saudí), y su máximo productor de gas natural. Porque
produce mucha más energía de la que consume, Rusia exporta una parte sustancial
de su petróleo y gas a países vecinos, convirtiéndola en la única Gran Potencia
que no depende de otros Estados para sus necesidades de energía. Al convertirse en un Estado
exportador de energía, Rusia ha pasado de la lista de
las viejas glorias a la primera línea de los grandes actores
·
Bush creyó que podía convertir a una Rusia empobrecida y dócil en
una importante fuente de petróleo y gas natural para EE.UU. – y que las
compañías energéticas de EE.UU. dirigirían la cosa. Ese fue el objetivo
evidente del “diálogo energético” EE.UU.-Rusia anunciado por Bush y el
presidente ruso Vladimir Putin en mayo de 2002. Pero si Bush pensó
que Rusia estaba dispuesta a convertirse en una versión norteña de Kuwait,
Arabia Saudí, o la Venezuela
de antes de la llegada de Hugo Chávez, iba a quedar severamente desilusionado.
Putin nunca permitió que firmas estadounidenses adquirieran recursos
energéticos sustanciales en Rusia. En su lugar, presidió
sobre una importante recentralización del
control estatal en cuanto a las reservas más valiosas de petróleo y gas,
colocando la mayor parte en manos de Gazprom, el
monstruo del gas natural controlado por el Estado.
Petróleo: EL SIGNIFICADO
GEOPOLÍTICO Y GEOECONÓMICO de cruzar la barrera de los 100 dólares por barril
- La
transformación del ejército de EE.UU. en un servicio mundial de
protección del petróleo cuya misión principal es defender las fuentes
de suministro de petróleo y gas natural de EE.UU. en el extranjero,
mientras
vigilan los principales gaseoductos y rutas de suministro del mundo.
- La transformación de Rusia en un superpoder energético ,
con control sobre los mayores suministros de petróleo y gas natural de
Eurasia y con la determinación de
convertir estos recursos en una fuerza creciente de influencia política
sobre los estados vecinos.
El
gas natural y el uranio sobrevivirán al petróleo en una década o dos más, pero
finalmente, también alcanzarán su cenit de producción y comenzaran a disminuir.
El gas natural simplemente desaparecerá, como el petróleo; cualquier escasez
futura de uranio se puede, en alguna medida, superar mediante una mayor
utilización de reactores generadores, que producen plutonio como producto
derivado; esta sustancia puede, a su vez, ser usada como combustible en un
reactor. Pero cualquier aumento en el uso de plutonio puede también incrementar
ampliamente el riesgo de proliferación de armas nucleares, creando un mundo
mucho más peligroso y el correspondiente requerimiento para que los gobiernos
descuiden todos los aspectos de la energía nuclear y su comercio.
De hecho es una política oficial de EE.UU.,
consagrada en la “Doctrina Carter” del 23 de enero, 1980, usar la fuerza
militar cuando sea necesario resistir cualquier ataque hostil que impida el
flujo de petróleo de Oriente Medio.
La doctrina carter define el crudo del golfo Pérsico como de
"interés vital" para Estados Unidos, que debe ser defendido "por
cualquier medio necesario, incluida la fuerza militar". Tiempo después, el presidente Ronald Reagan invocó este principio para
justificar la intervención estadunidense en la guerra entre Irak e Irán de
1980-1988 (para garantizar la derrota de Irán). De nuevo, el presidente George
Bush I lo invocó para autorizar las acciones militares contra Irak en 1991,
durante la Guerra
del Golfo. Reticente a invadir Irak en ese momento, Bush I inició la
"contención" de Irak (Bill Clinton la perpetuó), creando así un
brutal sistema de sanciones. Luego, al percatarse de que este abordaje no
produjo un "cambio de régimen" en Bagdad, Bush II ordenó la invasión
de 2003. Se inventaron muchas razones para emprender el asalto a Irak pero,
desde una perspectiva histórica, es la evidente culminación de los pasos
tomados por Carter, Reagan, Bush I y Clinton, con el fin de asegurar la
dominación estadunidense de golfo Pérsico.
El vicepresidente Dick Cheney lo ad-mitió desde agosto de 2002,
cuando dijo ante la convención de veteranos de guerra que Saddam debía ser
retirado del cargo porque, una vez que Irak se equipara con armas de
destrucción masiva, era probable que "buscara la dominación de todo Medio
Oriente, controlara una enorme porción de las reservas energéticas mundiales y
amenazara directamente a los amigos de Estados Unidos en toda la región".
La contención de CHINA
El
presidente Bush y sus principales ayudantes ingresaron
en la Casa Blanca
a principios de 2001 con un objetivo estratégico claro: resucitar la doctrina
de la dominación permanente explicada detalladamente en la Orientación
de Planificación de la Defensa
(DPG) para los años fiscales 1994-99, la primera declaración formal
de objetivos estratégicos estadounidenses en la era post-soviética. Según la
versión oficial inicial de este documento, según se filtró en la prensa a
principios de 1992, el objetivo primario de la estrategia estadounidense sería
obstruir el surgimiento de cualquier competidor futuro que pudiera desafiar la
aplastante superioridad militar de Estados Unidos.
“Nuestro primer objetivo es prevenir el resurgimiento de un nuevo
rival... que represente una amenaza del tipo que anteriormente fue la Unión Soviética ”,
planteaba el documento. Por lo tanto, "intentaremos [es obligatorio] por
todos los medios impedir que ningún poder hostil domine una región cuyos
recursos, bajo un control consolidado, fueran suficientes para proporcionarles
poder global."
El
objetivo: China
Cuando la doctrina de dominación permanente fue enunciada por
primera vez en 1992, no se especificaba en ella la identidad de los futuros
retadores cuyo levantamiento debía ser prevenido mediante acciones coercitivas.
En ese momento,
los estrategas estadounidenses se preocupaban por una
mezcla de rivales potenciales, que incluía a Rusia, Alemania, la India , Japón y China;
cualquiera de éstos, se pensaba, podría surgir en
décadas venideras como posibles superpotencias, y por lo tanto habría
que disuadir a todos de tomar tal dirección. Sin embargo, cuando la segunda
administración Bush asumió el poder, en el pensamiento élite el grupo de
rivales potenciales se había reducido a sólo uno: la República Popular
China. Sólo China, se determinó, poseía la
capacidad económica y militar para desafiar a Estados Unidos en calidad de
aspirante a superpotencia; y por lo tanto, la perpetuación del
predominio global de EEUU dependía de la contención del poder chino.
El imperativo de frenar a China fue expuesto por primera vez en
detalle de una manera sistemática por Condoleezza Rice cuando ejercía como
asesora de política exterior del entonces Gobernador George W. Bush, durante la
campaña presidencial del año 2000
"Estados Unidos debe profundizar la cooperación con Japón y
Corea Sur y debe mantener su dedicación a una férrea y robusta presencia
militar en la región. Washington también debe prestar mayor atención al papel
de la India en
el equilibrio regional”, e involucrar a ese país en un sistema de alianza
anti-china. el Tratado de Misiles Antibalísticos con Rusia y reunir a Japón,
Corea del Sur y Taiwán en un sistema conjunto de defensa antimisiles que, se
esperaba, evolucionaría finalmente hacia una alianza anti-china afín al
Pentágono.
la mayoría de los analistas profesionales es perfectamente
consciente de la calidad todavía inferior del armamento chino.
Se avecinan guerras por los
recursos
Secretario de Defensa británico, John Reid, advirtió que al
combinarse los efectos del cambio climático global y los mermados recursos
naturales se incrementa la posibilidad de conflictos violentos por tierras,
agua y energía. El cambio climático, indicó, "hará más escasos los
recursos y el agua limpia, y la tierra agrícola en buen estado será más escasa".
Esto generará que la emergencia por conflictos violentos sea más
probable".
. "Pueden surgir
confrontaciones militares debido a la necesidad imperiosa de recursos naturales
tales como energía, alimento o agua, y no tanto por conflictos ideológicos, religiosos
o de honor nacional".
el cambio climático es una gran amenaza para
el ambiente; de hecho es la mayor amenaza imaginable. Pero considerar el cambio climático
sólo como problema ambiental no hace justicia a la magnitud de los peligros que
entraña. Como lo esclarecen el discurso de Reid y el estudio del Pentágono, el mayor peligro no es la degradación de los ecosistemas per
se, sino la desintegración de sociedades enteras, lo que produciría una
hambruna descomunal, migraciones masivas y recurrentes conflictos por los
recursos.
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